Durante la antigüedad ningún árbol fue tan útil, tan valioso, ni tan venerado como el olivo. Símbolo de la fertilidad, la belleza y la paz, prestaba sus ramas para la coronación de los vencedores en juegos pacíficos y en sangrientas guerras. Luz, medicamento, ungüento ritual, perfume, lubricante, constituía un alimento indispensable y el culto a los muertos era inimaginables sin él. El origen de su cultivo se pierde en el tiempo y su expansión se confunde con la de las civilizaciones mediterráneas.
El olivo (Olea europea var. europaea) es un árbol admirable: fuerte y robusto, es capaz de resistir temperaturas extremas (de 40 º C a -7º C), de soportar largos períodos de sequía y de vivir en suelos pobres y pedregosos.
Se trata de un árbol centenario, de crecimiento lento, pero que puede llegar a producir fruto durante la mayor parte de su ciclo vital. Con sistemas tradicionales, la producción se inicia al octavo o noveno año, pero se puede anticipar con sistemas modernos y va incrementándose al aumentar la edad hasta llegar a los 35 o 40 años. Su productividad se estabiliza entre los 65 y 80 años y a partir de esa edad los rendimientos decrecen y son irregulares.
El olivo tradicionalmente ha compartido la tierra en Guara Somontano con un auténtico mosaico de cultivos de secano: cereal , almendro y vid.
La esencia de este paisaje radica en esa especial disposición de la vegetación, en la que se alternan campos cultivados y áreas de matorral y bosque de carrasca, igual que un mosaico ordenado a la medida del hombre. Cientos de años de esmerados cuidados nos han legado multitud de olivares centenarios, verdaderos monumentos naturales, de cuya longevidad dan testimonio sus grandes y bellas peanas o tozas.
Muchos olivares centenarios u olivos singulares, cuentan con señalización direccional e interpretativa y se integran en rutas senderistas y cicloturistas, como:
- Mirador de la iglesia de Santiago: Bierge
- La olivera del Monte del Barón (Ruta Senderos de Azlor): Azlor
- Tétrada mediterránea (Ruta Leyendas al Paso): Adahuesca
- Olivera de Nadal, Colungo
- Olivos singulares de El Grado
- Paseo de las Alquezranas, Alquézar
En el Bosque de los Olivos, en Buera, puede contemplarse un olivo de cada una de las diferentes variedades que se cultivan en Guara Somontano.