Recorrer el patrimonio cultural del Valle de Rodellar es hacer un fabuloso paseo por la historia.
Este viaje comienza con el sepulcro prehistórico del Dolmen de la Losa Mora construido hace unos 4.000 años o el arte rupestre del abrigo de Palomarón en Rodellar declarado Patrimonio Mundial.
También tienen esta distinción, otorgada por la UNESCO, los muros de piedra seca, técnica tradicional usada para construir muros con piedra sin ningún tipo de argamasa que uniera las piedras entre sí; se encuentran bonitos ejemplos en los alrededores de Cheto.
De la época románica, destaca la Iglesia de San Andrés de Nasarre, templo construido en el siglo XI y del que solo el ábside queda original de esta época, la ermita de la Virgen del Castillo desde donde se obtienen unas vistas maravillosas del barranco del Mascún o la iglesia parroquial dedicada a San Juan Bautista de Rodellar en cuya torre hay que fijarse para descubrir su pasado románico.
Pero la obra más destacable es el ciclo de pintura mural de la ermita de San Fructuoso en Bierge (de transición románico-gótica, segunda mitad del XIII). Las pinturas, situadas en la cabecera del templo, hablan de las vidas de San Nicolás de Bari, San Juan Evangelista y San Fructuoso y en ellas trabajaron dos maestros a los que se ha denominado "primer y segundo maestro de Bierge", de ahí la diferencia que se puede apreciar entre ellas.
Un paseo por las localidades del Valle de Rodellar revela interesantes muestras de arquitectura popular, casas solariegas, fachadas adornadas con escudos heráldicos y portadas doveladas o bonitas cruces de término, sin olvidar sus ermitas e iglesias.
En cuanto a patrimonio etnográfico cabe citar las almazaras o tornos de aceite, los pozos de hielo y nieve o los molinos de harina.
El agua y los ríos han tenido un papel fundamental en el valle a lo largo de la historia; para cruzarlos, se construyeron pasaderas o puentes como el de Pedruel o las Cabras en Rodellar.
Muchos de estos elementos los podrás descubrir a través de las rutas de Prepirineo Clandestino de una manera divertida y para toda la familia.
Como espacios museísticos, encontramos el Centro de Interpretación de la Sierra y los Cañones de Guara, un punto ideal para empezar a conocer este valle ya que ofrece las claves para disfrutar, comprender y valorar este espectacular espacio natural.