Los vecinos de Bierge, que celebran sus fiestas mayores en honor a San Pedro de Verona, le construyeron esta ermita a finales del siglo XVII. El 29 de abril vienen en procesión y después de la misa se reparten magdalenas y vino. La celebración concluye con una comida popular en los alrededores.
Un rasgo común a un buen número de poblaciones somontanesas es la dedicación de templos y ermitas a un santo con una función protectora como San Roque o San Sebastián, abogados contra la peste, o a cualquier otro santo al que se elevaban votos, peticiones, procesiones y rogativas a fin de librar a la población de alguna epidemia.
La construcción en Bierge de la ermita de San Pedro de Verona y las romerías que aún hoy se celebran el día de su festividad, son el resultado de un voto al santo para que librase a la comunidad de Bierge de una epidemia.
El edificio, erigido entre campos de olivos a unos 800 m. de la población, presenta una nave de planta rectangular cubierta con una bóveda de cañón con lunetos y cabecera poligonal. Al interior, la única decoración la constituye una cornisa moldurada cuya linealidad queda rota por decorativas ménsulas.