En el Valle de Rodellar han crecido árboles singulares como la carrasca de San Lorenzo en Rodellar o los quejigos de Fuendueñas en Las Almunias de Rodellar y de la Paridera de Oliván en Pedruel que destacan por su porte y antigüedad y que no hacen más que engrosar la lista de patrimonio natural del valle.
También bien merece una visita el robledal de Otín en la Ruta El Real del Mascún. Cuenta con gigantes ejemplares que han vivido la historia de esta población ahora deshabitada y que en otoño son un espectáculo para la vista.
En los alrededores de Bierge, amplios campos repletos de olivos, muchos de ellos centenarios, revelan una parte de la economía del lugar. De hecho, Bierge contaba con un molino oleario hoy convertido en espacio multiusos. Pero la tradición olivarera, se mantiene en la localidad con una almazara que lleva produciendo durante tres generaciones los aceites de la Sierra de Guara.
En primavera, los almendros en flor tiñen, desde hace mucho tiempo, de blanco y rosa el paisaje la zona sur del valle. También al abrigo de este producto, nació un obrador dedicado a la transformación de almendra y que ostenta el distintivo de calidad de Artesanía Alimentaria de Aragón.