Una de las sorpresas más dulces que aguarda a los visitantes del Somontano es descubrir la Ermita de Santa María de Dulcis. Para llegar a ella hay que recorrer una pista de unos dos kilómetros desde Buera que se abre camino entre bellos campos de almendros, cereal y viñedos. El edificio se encuentra en una zona de abundantes aliagas, romero y tomillo y son numerosos los panales de abejas en sus alrededores.
En torno a su construcción la tradición dice que, tras la expulsión de los moros de estas tierras durante la reconquista, la imagen de la Virgen apareció precisamente sobre un panal de miel, siendo éste el origen de su advocación. A pesar de su dulce leyenda, no hay nada en el austero exterior de esta iglesia que permita imaginar el tesoro que se encuentra dentro. Y es que el elemento más destacado de este edificio es la magnífica decoración interior elaborada en yeso.
Un entorno natural encantador y una bellísima decoración en su interior, razones más que suficientes para realizar una agradable excursión hasta esta coqueta ermita de Santa María de Dulcis.
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