La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción es uno de los emblemas de la ciudad de Barbastro y, por qué no, uno de los edificios religiosos más bellos de Aragón, gracias sobre todo a su magnífico retablo, obra del maestro Damián Forment.
Aunque los elementos formales son góticos, el espacio interior está mucho más próximo a la nueva estética del renacimiento. Nada más entrar, es imposible no fijarse en las seis hermosas columnas, con unos 16 metros de altura, que continúan en arcos adornados con 485 rosas doradas dando la apariencia de un bello cielo estrellado. Para pasar a continuación a admirar el retablo mayor, del que parte del basamento es obra de Damián Forment.
En el exterior se levanta la torre campanario, símbolo indiscutible de la ciudad de Barbastro. Está separada de la nave, quizá porque en su origen se debió reutilizar el alminar de la antigua mezquita. El sonido de sus campanas ha servido durante siglos para poner en marcha la vida de la ciudad y llamar a la oración. Sin olvidar la sirena que cada día se emite a las 12 del mediodía y que para los barbastrenses es toda una tradición.