El municipio de El Grado-Lo Grau integran cuatro núcleos: Artasona, El Grado, Coscojuela de Fantova y Enate. Su localización privilegiada permite disfrutar de la naturaleza de mil maneras, conocer interesantes muestras de patrimonio, adentrarse en la cultura y las tradiciones populares y degustar los manjares de la tierra y los vinos de Guara Somontano.
El casco antiguo de El Grado, de posible fundación romana, se organiza en calles estrechas. Tras la invasión musulmana el pueblo fue recuperado por el rey Sancho Ramírez en el 1083, pasando luego a manos de la Baronía de Antillón, cuyo señorío se vendió a la ciudad de Zaragoza. Su esplendor medieval queda reflejado en su apiñado paisaje urbano. La calle principal de El Grado discurre por la divisoria topográfica y hasta ella ascienden en acusada pendiente las calles de la villa. Todo su trazado y en particular la calle Mayor, cerrada por dos arcos apuntados, recuerda su pasado medieval.
La iglesia parroquial de San Salvador (siglos XVI-XVII), de estilo gótico aragonés, es, por sus dimensiones, una de las más monumentales de la comarca.
La vida de la villa discurrió apaciblemente hasta el siglo XX, cuando la construcción de la presa y el pantano marcaron un cambio paisajístico y de desarrollo en la totalidad del municipio.
El embalse nos brinda otra forma de apreciar la naturaleza, a través del agua, elemento clave en la vida diaria del municipio. Las aguas del Cinca serpentean entre paisajes abruptos y rocosos y se remansan en la presa, brindando a El Grado la riqueza de la pesca. Abundan las truchas, black-bass, luciopercas, carpas, barbos...
El Grado celebra sus fiestas mayores el 8 de septiembre, en honor a la Virgen del Viñero con la representación medieval de “La Morisma” (día 9) en la que los vecinos escenifican la lucha entre moros y cristianos que concluye con la aparición de la Virgen del Viñero. El mismo día se celebra la pisada simbólica de las primeras uvas de la vendimia.
Durante muchos años se celebró el Campeonato Mundial de Parchís, que reunía en El Grado a más de quinientos participantes de todas las edades. Durante un fin de semana los dados y el tablero eran los auténticos protagonistas en la vida del municipio.