En lo alto del cerro, inexpugnable sobre la cresta rocosa, se halla el conjunto de la Colegiata de Santa María. Allí, en los más alto y ante unas vistas tan bellas que quitan literalmente el aliento, conviven los restos de un castillo de fundación musulmana que dio nombre a la villa de "Al-Qasr” con su majestuosa Colegiata de Santa María la Mayor, la cual atesora múltiples tesoros del patrimonio artístico que hacen ineludible su visita. Además de ser el auténtico emblema de Alquézar y su famoso paisaje.
La actual colegiata tiene dos espacios claramente diferenciados: por un lado, la iglesia que vendría a sustituir a la primitiva construcción románica; y por otro un precioso claustro que se amplió con la construcción de un segundo piso, donde hoy se sitúa el Museo de Arte Sacro en el cual el visitante podrá contemplar algunas de las piezas más importantes de pintura y orfebrería del arte sagrado de Guara Somontano.
También merece la pena alzar la mirada para contemplar la torre central de la parte más alta de la muralla de Alquézar, conocida como el esconjuradero. Y es que antiguamente se creía que las tormentas eran provocadas por las brujas y por tanto había que deshacer su hechizo. Tal era el miedo, que a principios del siglo XVIII la Colegiata de Alquézar contaba con esconjuradores que diariamente bendecían los términos y conjuraban lo nublados y tormentas, tocando las campanas e invocando a Santa Bárbara.