Si te fijas en el perfil de la sierra de Guara descubrirás la figura de un gigante muerto. Pero ¿quién le mató?.
Las sierras de Gabardiella y Gratal eran dos jóvenes amantes. El padre de la muchacha, Gabardón, se oponía al amor de su hija por el humilde Gratal, un pobre picacho en el que no había ni pueblos. Ante la inevitable huida de los enamorados, pidió ayuda al gigante de Guara, que los separó para siempre de un manotazo, abriendo entre ellos un enorme tajo.
Condenados a no poder unirse jamás, de las lágrimas de Gabardiella surgió el río Flumen.
Una noche Gratal se vengó de Guara, asestándole un golpe mortal mientras dormía. Así, Guara quedó tumbado, como lo vemos en el camino entre Huesca y Barbastro, dormido por toda la eternidad.