El 12 de febrero se celebra Santa Eulalia de Barcelona, patrona de la localidad de Colungo. Son las fiestas menores del pueblo. 

La Virgen Mártir Eulalia es quizás una advocación poco conocida. Vivió en la Barcina romana a finales del s. III. En plena represión a los cristianos y cuando contaba con 13 años, le recriminó al gobernador romano estos actos. Este intentó hacerle renegar de su fe sin conseguirlo. Fue condenada a tantos martirios como años tenía: ser encerrada en una oscura prisión, ser azotada, desgarrarle la carne con garfios, caminar sobre brasas, quemarle los pechos, refregarle las heridas con piedra tosca, arrojarle aceite hirviendo y plomo fundido y lanzarla a una fosa de cal viva. A estas torturas le siguió una novena que fue meterla en un tonel lleno de cristales y clavos y lanzarla por una bajada. Tras eso, la encerraron en un corral lleno de pulgas y fue paseada desnuda por la ciudad. Finalmente la crucificaron en una cruz en forma de aspa. Durante la misma cayó tal nevada que tapó su desnudez.

En honor a la Santa Mártir, los vecinos de Colungo encienden una gran hoguera en la Plaza a primera hora de la tarde (16 h), seguido de bandeo de campanas y suelta de cohetes. Comienza entonces la misa en la parroquial en la que se bendicen los panecillos. Terminado el acto, se lleva la imagen de la Virgen en procesión por las calles del pueblo hasta la capilla de Santa Eulalia emplazada en el cementerio (sencilla obra de sillarejo, mampostería y ladrillo). 

Por el camino se reza el rosario y en su capilla, se canta el himno a la Santa. 

Y de vuelta a Colungo se reparten los panes benditos con jamón que se comen alrededor de la hoguera. 

El sábado 13 de febrero, cena en el Mesón de Colungo y sesión de baie a partir de las 00:30h en el salón del Ayuntamiento.