La Línea del Cinca constituye la principal obra defensiva que construyó el bando republicano en Aragón durante la Guerra Civil.

Con el estallido de la Guerra Civil Española y debido al miedo que existía de que la retaguardia catalana pudiera ser arrollada por los sublevados en una posible ofensiva, se dispuso la creación de varios puntos de resistencia situados en territorio aragonés.

Para esto se ideó la Línea del Cinca, una estrategia de defensa retrasada construida para que, en el caso de que las fuerzas republicanas se vieran obligadas a retroceder, tuvieran en su retaguardia una línea fortificada.

La línea empezaba en Monzón (se amplió más al norte en noviembre de 1936), seguía todo el curso del Cinca, atravesaba el río Ebro por Mequinenza y acababa en Horta de Sant Joan al sur de Gandesa. Un total 120 km de línea fortificada que la convirtió en la principal línea de resistencia construida en Aragón y en la que construyeron elementos defensivos como nidos de ametralladoras y refugios, trincheras, emplazamientos para piezas de artillería, caminos cubiertos, observatorios, polvorines y pistas militares.

Hoy en día es posible conocer los restos de estas fortificaciones construidas en Guara Somontano en las localidades de Naval, El Grado, Castejón del Puente, Estada y Estadilla. A lo largo del año, se organizan visitas guiadas a estos puntos; visita nuestra agenda donde encontrarás toda la información sobre fechas y horarios.  

Más información en http://lineadelcinca.es/