En origen, el solar que hoy ocupa la casa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados estuvo ocupado por la casa solariega de la familia Pueyo. Más tarde fue la sede del denominado Casino de La Amistad, uno de los dos que en el siglo XIX tuvo Barbastro. Finalmente, aquel edificio hoy desaparecido, acogería la primera casa de Hermanitas, orden fundada en Barbastro en 1873 por Santa Teresa de Jornet y por el canónigo e historiador de la ciudad, Saturnino López Novoa, con la finalidad de asistir a los ancianos pobres, sin familia y sin medios.