Ficha Técnica

Tipo de ruta: Senderista, circular

Punto de inicio: A-2205. Colungo

KM: 11,7 

Duración: 4 h

Desnivel: 540 m

MIDE: 2-2-2-3

Dificultad: 

 

Puntos de interés

Formaciones calizas, característico paisaje de la Sierra de Guara, zona de interés micológico, Portal de la Cunarda


Descripción de la ruta

La ruta al Portal de la Cunarda es un camino equipado con señalización direccional sólo practicable a pie. Parte de la localidad de Colungo y serpentea por varios barrancos: de Pilones, de los Arruellos y Tacho. Es este un itinerario que recorre diferentes ecosistemas, desde los espacios humanizados a pequeños carrascales, sabinares, el extenso pinar de Cunarda y brechas abiertas en la roca caliza colonizadas por un espeso manto vegetal.
La fuerza erosiva del viento y del agua ha esculpido una sorprendente ventana natural donde más de medio centenar de butres (buitres) han encontrado un posadero perfecto sobre el barranco de Fornocal.

Esta ruta senderista comienza en Colungo. Junto al transformador de electricidad situado en la carretera A-2205 de Arcusa – Aínsa se localiza la primera baliza de madera que indica la dirección exacta. Siguiendo esta indicación echamos a andar por el camino os Lavaderos y nos topamos inmediatamente con la fuente y los huertos. Seguimos recto por el camino de tierra que discurre entre almendrales, campos de cereal y algún olivar. En 10 minutos cruzamos el barranco de Pilones que siempre suele llevar algo de agua. Aquí el camino se torna en una estrecha senda que se bifurca. Si optáramos por ir a la izquierda llegaríamos a los antiguos lavaderos y si queremos seguir dirección a la Cunarda debemos ir a la derecha. A pocos metros ya podremos ver la carretera. La cruzamos y nos metemos en el camino os Carros o lo que es lo mismo: la pista de Suelves. A nuestra izquierda dejaremos un chalet blanco.

Hemos de estar atentos al desvío al barranco de los Arruellos (señalizado) y que se localiza frente a un antiguo casetón de piedra y a una encina centenaria. Es aquí donde dejamos la pista y penetramos en una senda recuperada que zigzaguea entre carrascas, chinebros (enebros), quejigos y algún que otro joven madroño. El descenso es rápido hasta llegar a la pared de conglomerados de los Arruellos que discurre ya a nuestros pies. Tenemos que ser cuidadosos al bajar hasta el fondo del barranco porque la descomposición de los conglomerados ha dejado muchas rocas sueltas y es fácil resbalarse. Aquí nos serán muy útiles los bastones.

Durante aproximadamente unos diez minutos, el camino discurre por el fondo del barranco (hasta mayo lleva agua) para comenzar a subir. Es en este punto donde nos aguarda la cantera de Arruellos de donde se extraían grandes ruellos (muelas de piedra) para moler las olivas en los tornos o almazaras. Aún pueden verse las improntas de las grandes ruedas de piedra en la roca caliza. El barranco debe su nombre a este lugar.

Pasada la cantera, la senda se mete en un pequeño y evocador carrascal. Una vez que se ha ascendido a lo más alto de Arruellos, ya pueden verse los barrancos de Tacho y parte del Fornocal. Continuamos a la derecha por un amplio camino muy pedregoso. Esta parte del itinerario serpentea casi únicamente entre sabinas hasta alcanzar el pinar de la Cunarda.

La senda deja el bosque para comenzar a bajar al barranco Tacho. Este es uno de los rincones más interesantes de toda la ruta por la variedad de vegetación que lo puebla: grandes bojes, carrascas, quejigos, coscojas y romerales fundamentalmente. La gran densidad de plantas hace inviable transitar por el cauce del barranco. Llega un momento que debemos cruzarlo en un punto donde se estrecha.

El trazado se torna angosto para ir siempre pegado en altura al Tacho. Debemos tener precaución porque en ocasiones la senda limita con la vertical del barranco. Antes de que este desemboque en el de Fornocal, desviamos a la derecha (señalizado con baliza). Tras zigzaguear por la caliza entre coscojas, rudas, romeros, quejigos, aliagas o pequeños madroños en 10 minutos se alcanza el portal de la Cunarda. Si nos acercamos en silencio podremos disfrutar de un espectáculo único, ya que se han llegado a contar casi medio centenar de buitres leonados posados en la ventana.

La vuelta a Colungo debe realizarse por la misma senda hasta el pinar. Desde allí hay dos opciones (señalizadas): bajar de nuevo por los Arruellos o tomar la pista de Suelves que lleva al pueblo en aproximadamente una hora.


Galería de imágenes

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Mapa 

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