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Las fuentes, las infraestructuras para el riego, los puentes antiguos los pozos fuente son elementos de nuestro patrimonio que aportan carácter e identidad al territorio de Guara Somontano. Pese a que estos elementos relacionados con el uso del agua y su ciclo, se articulan con modestia, cada una de estas pequeñas obras, al margen de su valor etnográfico individual, tiene un valor añadido de grupo, ya que en todo Guara Somontano se encuentran soluciones similares que constituyen un conjunto coherente y dotan de personalidad propia a nuestro paisaje rural, en el que conformaron entornos frescos y armoniosos.

En los años pasados, las fuentes, abrevaderos y lavaderos perdieron su uso, los puentes dejaron de ser transitados y los pozos fuente, conforme se iban degradando quedaban condenados al olvido. Hoy en su mayor parte han recobrado su aspecto original, han sido recuperados para el ocio, el disfrute de la naturaleza y la cultura y con ellos se ha recuperado también la memoria de aquel tiempo no tan lejano, de cántaros y cantarillas, de fuentes públicas y de lavanderas.

 

Se trata de una solución al problema del abastecimiento de agua, común en Guara Somontano. Para acceder al manantial se desciende a través de una rampa con escalones, hacia las entrañas de la tierra. Allí, bajo una cámara abovedada, surge y se almacena el agua.

En Adahuesca, la rampa con escalones se cubre en su totalidad con un techo adintelado que discurre en un plano paralelo al de descenso. Por ello la sensación de angostura es cada vez mayor.

En todos los pozos fuente de Guara Somontano, el primer tramo de la rampa de escaleras es descubierto, mientras que los restantes se cierran con una estructura abovedada. Por eso el de Adahuesca representa una solución diferente.

La noche de San Juan, el pozo de Adahuesca era escenario para las sanjuanadas, baños purificadores en la mágica noche del solsticio de verano.

Este pozo alimenta una fuente de tipo convencional que se puede ver unos metros más abajo. Es una de las pocas poblaciones en las que se pueden encontrar estas dos soluciones al abastecimiento de agua.

 

  • Adahuesca. Pozo fuente 2
  • Adahuesca. Pozo fuente 3
  • Adahuesca. Pozo fuente

 

Este puente, que ancla sus cimientos a ambos lados del barranco del Fornocal, se construyó para poner en comunicación las localidades de Asque y Colungo. Su espectacular emplazamiento nos hace pensar en el riesgo y la dificultad que llevo aparejada su construcción, y por ello, algunas leyendas la atribuyen al mismo diablo. Sin embargo otras, explican que su denominación "Puente del Diablo" se debe al hecho de que éste se debió pasear por allí, dejando su huella sobre el mortero aún fresco, nada más finalizarse la construcción. Aquella huella no correspondía a un perro, ni a un jabalí, ni a un ciervo... Debió ser del mismo diablo... Pero ¿salió de Colungo para ir a Asque o de Asque para ir a Colungo?

Con toda probabilidad, se trata de una obra de origen medieval. El tablero es plano, de casi 3 m de anchura, y se apoya sobre un arco ojival levando con pequeñas dovelas de buena factura. El resto de la obra es de mampostería. El arco apuntado es un añadido, ya que en su interior quedan restos de otro arco, de medio punto, más antiguo.

La inusitada distancia del pretil con respecto al arco se explica por el hecho de que los paramentos fueran recrecidos en numerosas ocasiones.

En las paredes de conglomerados calcáreos del barranco pueden verse en primavera los espectaculares tallos floridos de hasta 60 cm. de la Corona de rey Saxifraga longifolia, que pueden llegar a contener más de 500 flores. La roseta basal de hojas de las que surge este tallo muere tras la floración.

 

  • Asque. Puente del diablo 2
  • Asque. Puente del diablo

 

El curso del Vero es subterráneo un buen tramo hasta renacer en Lecina. A partir de aquí se abre camino a través de espectaculares cañones y estrechas gargantas. Las pinturas rupestres cercanas a Lecina y Alquézar dan testimonio de la remota actividad que surgió en su entorno en época prehistórica.

En tiempos islámicos el Vero actuó como vía natural de comunicación entre Al-Qsar (Alquézar, la fortaleza) y la ciudad musulmana de Barbastro, capital del distrito de la Barbitanya. Más tarde, el río se convertiría en el corredor natural para la penetración de las tropas aragonesas en su avance desde el Sobrarbe hacia la conquista de la tierra llana.

Pese a la angostura de su cauce a su paso por Alquézar, sus aguas fueron aprovechadas al máximo y los molinos, azudes y puentes que conserva, dan testimonio de la intensa actividad que se dio aquí en tiempos históricos más recientes.

Una presa es una barrera que eleva el nivel del agua para desviarla a una acequia y utilizarla como fuerza hidráulica o para riego. La de Alquézar tiene su origen en época medieval, y el agua que retenía era desviada por una acequia hasta un viejo molino, hoy desaparecido. Hacia 1909 la presa fue recrecida con obra de cemento y se construyó la acequia que hoy vemos para llevar el agua hasta las turbinas de una minicentral hidroeléctrica que se había instalado aprovechando un viejo molino.

A medida que se desciende por el río, las aristadas paredes calcáreas van dejando paso a los redondeados conglomerados. Bajo estos cantiles se encuentra otro azud o presa, que en origen pudo servir para mover las palas de un batán muy antiguo.

El batán es una máquina destinada a transformar unos tejidos abiertos en otros más tupidos. La fuerza del agua mueve una rueda que activa los mazos que posteriormente golpearán los tejidos hasta compactarlos. Las fuentes documentales citan el batán de Alquézar en 1190. Esta actividad preindustrial incipiente, teniendo en cuenta que es en el siglo XII cuando empiezan a aparecer estas máquinas, da cuenta de la prosperidad que disfrutó la villa de Alquézar en época medieval.

Más tarde, entre los siglos XIV y XV el azud se puso al servicio del molino harinero situado unos 200 m. más abajo.

El agua conducida desde el azud por una acequia se acumulaba en el balsal. Así el molinero se garantizaba la molienda sin necesidad de estar sujeto al variable caudal del río. El agua era engullida con voracidad por el molino a través de los saetines, ponía en marcha la muela y volvía a salir por los cárcavos. Estas cavidades son el único elemento constructivo que distingue al molino de una casa de campo.

 

  • Alquezar. Acequia presa central y molino 2
  • Alquezar. Acequia presa central y molino 3
  • Alquezar. Acequia presa central y molino 4
  • Alquezar. Acequia presa central y molino 5
  • Alquezar. Acequia presa central y molino 6
  • Alquezar. Acequia presa central y molino 7
  • Alquezar. Acequia presa central y molino

 

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