A través de este puente se cruzaba el Vero por el camino que desde Sobrarbe bajaba a Barbastro. Situado a la salida del cañón del Vero, contribuye con su presencia a incrementar la belleza de este entorno, uno de los más espectaculares de Guara Somontano.
Si te acercas hasta allí te sorprenderá la innecesaria anchura del tablero de este puente que ponía en comunicación la estrecha y empinada senda de ambas orillas.
Su presencia en un punto de tan dificultoso acceso por ambas laderas sólo se justifica por la importancia que tuvo Alquézar como distribuidora de comunicaciones en tiempos pasados.
Presenta peculiaridades que lo diferencian de todos los puentes de Guara Somontano: planta acodada en ángulo, dos ojos, uno en arco ligeramente apuntado y otro de medio punto, un tramo del tablero recto y otro levemente inclinado, ausencia de pretil...
Aunque la tradición oral atribuye su construcción, como la de muchos otros puentes de piedra, a los romanos, se trata de una obra del siglo XVI.