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Abiego es una localidad oscense situada en la comarca del Somontano. Su término municipal da entrada al parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara y se asienta en la margen izquierda del río Alcanadre, por lo que goza de la belleza propia del Prepirineo Aragonés. 

Es un pueblo cargado de historia, comenzando por su nombre, que se cree que proviene de Al-Byego, el castillo musulmán que dominaba la antigua comarca de la Barbitania. Entre sus principales atractivos se encuentra la Colegiata dedicada a Santa María, es un bello ejemplo del gótico rural aragonés y testifica el paso de los siglos desde que fue construida inicialmente como mezquita por los musulmanes; su Convento de San Joaquín, de estilo barroco y situado sobre el Tozal de las Forcas; un curioso Monumento al siglo XX insertado en plena naturaleza y creado por el artista contemporáneo Ulrich Rückriem; una fuente pública perfectamente conservada o un interesante yacimiento de huellas fósiles de animales ya extinguidos, entre otros reclamos. 

Además, el magnífico entorno natural de Abiego, ofrece muchísimas posibilidades para los amantes del deporte. En el río Alcanadre se encuentra un gran coto de pesca con abundante trucha común y en los alrededores del pueblo existen multitud de rutas y senderos que atraviesan el majestuoso Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

 

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La localidad de Las Almunias está adscrita al municipio de Bierge, en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

En el pasado el núcleo urbano era más compacto que en la actualidad. Fue en 1931, cuando se construyó la actual carretera que comunica Bierge con Rodellar, cuando quedó el pueblo dividido en dos zonas: Casa Tejedor, Casa Silverio, Casa O Cubero y la Iglesia quedaron arriba, en la zona alta; y más abajo al otro lado de la carretera, quedaron Casa Lorenzo, Casa El Molinero, Casa Escartín, Casa Salas, Casa Melchora, Casa Cancer y la Escuela. En la punta del pueblo estaban Casa O Sastre, Casa Juana, La Herreria, Casa Gabarre y Casa Fabianer.

La economía de esta pequeña población estaba basada en la autosubsistencia: sus habitantes eran cuchareros, labradores, camineros, carboneros, pastores y tratantes.

A partir de mediados del siglo XX, la recolección de la trufa empezó a suponer un buen complemento para las economías domésticas.

A orillas del río Alcanadre, en la margen izquierda, se encuentra el Molino harinero de la Valle, que conserva buena parte de su maquinaria original. Estaba al cargo de los molineros que tenían su casa en Las Almunias y a diario bajaban a trabajar al molino, cobrando en especie por su trabajo (una "multura" o medida por cada carga de trigo molida).

En la década de 1940 se reconvirtió, como muchos otros, en central hidroeléctrica y a partir de entonces, al molinero se le empezó a conocer también como "lucero". La fuerza del agua era insuficiente para permitir al molino y a la central trabajar simultáneamente por lo que se molía de día y de noche se producía electricidad. Todo dejó de funcionar cuando en la década de 1970 el pueblo quedó semiabandonado.

Hoy, en esta bonita aldea del Valle de Rodellar, apenas viven 20 habitantes. Sin embargo, cuenta con un buen número de servicios turísticos (hoteles, albergues, restaurantes) y actividades artesanales, como una quesería y un taller de alfarería.

 

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En una extensa llanura entre el Barranco de la Clamor y el río Alcanadre, se encuentra Laperdiguera, cuyo caserío se extiende al pie de una colina. Hay hermosas casas solariegas de piedra y ladrillo con galerías de arcos que resaltan la horizontalidad de las fachadas. Casa Cavero conserva uno de los patios más monumentales del Somontano.

Sobre el cerro se alzó en época medieval una fortaleza de la que aún se conservan algunos restos.

La antigua torre del castillo fue utilizada como campanario hasta que a principios del siglo XX se erigió la actual. En la puerta puede verse la fecha 1911. Su decoración de gárgolas, la fina tracería neogótica, o las proporciones de la torre le confieren un cierto aire neogótico que hace de ella una de las pocas obras de carácter historicista conservadas en el Somontano.

Pero casi nada sobrevivió del templo románico que precedió al actual, dedicado a los Santos Pedro y Pablo y construido en el siglo XVI. La planta del templo reproduce el modelo que se extendió en todo el Somontano desde principios del siglo XVI: una nave dos tramos y cabecera poligonal y todo se cubre con una hermosa bóveda de crucería estrellada de elegante trazado. Al exterior, destaca su simplicidad estructural y volumétrica. De piedra arenisca es la bonita portada de traza gótica, abierta en el muro sur mediante un arco apuntado enmarcado por una serie de arquivoltas y finísimos baquetones.

Una de las singularidades de este edificio radica en las ménsulas en las que apean los nervios de la bóveda de crucería. Su temática es muy variada y en ella se mezclan lo sagrado y lo profano, lo real y lo fantástico: unas ménsulas reproducen rostros masculinos, otras representan a una dama orante, a un demonio alado, a una sirena, a un fraile y a un ángel portando un pergamino que muestra la Santa Faz. Su significado, por qué están allí, se nos escapa, pero no cabe duda de que esconden una intencionalidad y una razón de ser última.

En el otro extremo de la población se encuentra el Pozo fuente.

Sus fiestas mayores son del 3 al 5 de agosto en honor a San Roque.

 

  • Laperdiguera 1
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Los habitantes de Asque y de Colungo (poblaciones adscritas al mismo municipio) tradicionalmente se comunicaban a través del Puente del Diablo, erigido en un emplazamiento espectacular en el barranco del Fornocal.

Colungo es un magnífico lugar para emprender excursiones, acercarse a los puentes del Barranco de las Palomeras y de las Gargantas y contemplar los abismos que se abren entre los conglomerados del Fornocal.

Un paseo por el pueblo nos descubre antiguas casas solariegas de los siglos XVI, XVII y XVIII, como Casa Notario, Casa Broto y Casa Avellanas.

La iglesia parroquial , dedicada a Nuestra Señora del Pilar, fue erigida en el siglo XVI en estilo gótico tardío. Al exterior, las numerosas marcas de cantero nos remiten a la cuadrilla que trabajó en su construcción bajo la dirección del gran maestro Joan Torón.

Como en muchos otros lugares del Somontano, tradicionalmente se aprovechaba el vino agrio para la destilación del aguardiente; en la actualidad se elaboran aquí licores de café, té, frutas silvestres, orujo y sobre todo, el anís que ha hecho famoso a Colungo.

En la Demba de Nadal, a las afueras, se conserva una “olivera” milenaria, que aseguran los del lugar, fue plantada por los “moros”. Todos los años su dueño obtiene una cosecha excelente.

El Centro del Arte Rupestre es el lugar de información y punto de partida para iniciar un apasionante viaje por la prehistoria del Alto Aragón a través de las pinturas rupestres del Parque Cultural del Río Vero

 

  • Colungo 1
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