Ruta de las leyendas
Noche de Ánimas. Radiquero

Las almas de los difuntos tienen en el primer día de noviembre la fecha límite para incorporarse al lugar que la naturaleza les ha asignado: el inframundo. Para conducir a las almas perdidas, en el Somontano, tradicionalmente se han desarrollado multitud de rituales. Ruidos, oraciones, luces y alimentos tratarán de facilitarles el tránsito. Todo se revive anualmente en Radiquero durante la celebración de la Noche de Ánimas.
La fiesta de Todos los Santos, era día de luto y oración, como muestra de respeto y recuerdo a sus difuntos. Por la mañana, las mujeres acudían al cementerio a engalanar con flores las tumbas de los seres queridos. Los niños pasaban el día fabricando calaveras con las calabazas que se criaban en los huertos para dar de comer a los cerdos. Llegada la tarde y poco antes de que oscureciera, se rezaba el Rosario. Por fin, al llegar la “Noche de Ánimas”, el silencio de se rompía con el tañer de las campanas, que repetían, hora tras hora, el toque de difuntos. Con una vela en el interior de cada calabaza hueca, los niños recorrían las calles del pueblo, ritual con el que se pretendía ahuyentar a los espíritus errantes y devolverlos al lugar que les corresponde.
Esa noche, en las casas y en torno al fuego, se contaban historias de cementerios, de brujas, de duendes y aparecidos, mientras se comían huesos de santo, buñuelos o panellets.
En Radiquero cada 1 de noviembre se siguen fabricando calaveras con calabazas y la “Noche de Ánimas”, el pueblo presenta un aspecto festivo y al mismo tiempo tenebroso. La gente se reúne, se cuentan cuentos e historias misteriosas, se realizan talleres, y se comen sabrosos dulces.
Este evento ha sido declarado en 2025 Fiesta de Interés Turístico de Aragón por el adecuado cuidado de los entornos urbanos donde se desarrollan los actos, la calidad de la celebración, la gran participación de la sociedad local y su contribución a la desestacionalización urística.
Dolmen de la Losa Mora. Rodellar

Entre Rodellar y las abandonadas aldeas de Otín y Nasarre, se llega al Dolmen de Losa Mora.
Se trata de un sepulcro prehistórico construido por los primeros pastores neolíticos de Guara hace unos 4.000 años. Solo conocemos su cultura a través de estos imponentes testimonios, que llamamos megalitos (de mega, grande y lithos, piedra). Éste de la Sierra de Guara forma parte de un importante conjunto que geográficamente se extiende por los Pirineos y las Sierras Exteriores. Referentes de una nueva cultura funeraria que se extendió por toda Europa, los dólmenes representan una actitud espiritual ante la muerte diferente a todo lo conocido hasta entonces.
Martín Almagro lo excavó en 1935 y encontró huesos de varios individuos junto a hachas de piedra, puntas de flecha, cuchillos de sílex, etc. De ello se deduce que en la cámara interior, los constructores de este dolmen y sus descendientes depositaron a sus muertos con sus ajuares, en enterramientos colectivos. Tras los enterramientos el dolmen se cubría totalmente a excepción de una pequeña abertura, formando un gran túmulo de piedras (de 12 m. de diámetro) del que todavía quedan restos al pie del dolmen. El túmulo lo forman piedras calizas de tamaño medio, de 20 a 30 cm. y se halla muy erosionado. No cubre en la actualidad toda la cámara y levanta como máximo 80 cm.
La cámara cuyas medidas interiores son 1,80 x 1,90 x 1,20 m., está situada en el centro del túmulo. Es de planta rectangular ligeramente trapezoidal, abierta al Este, y se compone de losa de cubierta que la cubre prácticamente en su totalidad (2,80 x 2,64 x 0,38 m,) tres losas laterales una a cada lado (de 1,90 x 1,30 x 0,30 m.; 1,42 x 1,08 x 0,30m y 2,06 x 1,38 x 0,20 m) y una pequeña en el lado de acceso a modo de cierre (98 x 72 x 0,14 m.). Todas las losas son de caliza.
Estas ingentes obras se levantaron con primitivas herramientas, gran esfuerzo e ingenio suficiente para trasladar las inmensas losas desde el tozal de Llastras, a unos 500 metros hasta aquí, a través de un relieve muy accidentado.
¿Cuáles fueron las razones que les llevaron a hacerlo? Sus creencias en la vida más allá de la muerte, el deseo de honrar a los antepasados, la necesidad de crear espacios sagrados o simbólicos... o quizás, su deseo de perdurar más allá de las generaciones de los hombres. Lo cierto es que este dolmen ha llegado hasta nosotros desafiando el paso del tiempo.
En torno a este dolmen, los pastores de Guara cuentan leyendas de brujas, tesoros perdidos, seres fantásticos y sucesos extraordinarios, como el que le sucedió a un vecino de Rodellar que iba a vender a Nocito. Al pasar junto a la Losa Mora una forma humana con luces brillantes en torno a su cabeza, se subía a lomos de su cabalgadura moliendo a palos al desgraciado buhonero.
Una leyenda cuenta que un rey moro enamorado de una princesa cristiana huyó a caballo con ella, perseguido por sus parientes y envuelto en una nube de flechas. Al bajar del caballo descubrió que su amada estaba muerta. La lloró amargamente, sepultó sus restos y sobre ellos levantó este túmulo. Después fue al encuentro de sus enemigos y se dejó dar muerte.
También se cuenta que por esas tierras pasó una hilandera con su rueca y una gran piedra sobre la cabeza. Cuando llegó al lugar donde está el dolmen dejó la piedra en posición horizontal sobre otras dos que ahí estaban clavadas en el suelo. El hilo que la hilandera trabaja en su rueca representa la vida: cuando se le acaba el hilo ha llegado el momento de la muerte. Entonces deja la piedra que lleva cargada sobre la cabeza para hacer con ella su propia tumba.
¿Cómo llegar?
Ruta Real del Mascún de Rodellar a Otín
Ruta ornitológica Dolmen de la Losa Mora
Trail Catedrales de Roca
Espantabrujas. Salas Altas
Cuentan que en Salas Altas vivió la bruja Gracia la Nadala, cuyo poder era tal que llegó a presentarle a Dominica la Coja, otra conocida bruja de Pozán de Vero, al mismo diablo. Junto a otras brujas de la comarca, se reunían los viernes a medianoche en el Peñón de Güera para planear sus fechorías: echar mal de ojo a un niño, maldecir a los animales domésticos, incordiar a los novios en su noche de bodas,…
Temerosas de sus poderes, las gentes del Somontano intentaron protegerse mediante elementos mágicos: símbolos solares, cruces, aldabas o motilones, toscas figuras labradas en madera que se colocaban en los aleros para evitar que el mal penetrase en las casas.
Casa Cosme, Pedrochil y Mateu conservan en sus aleros de madera unos motilones, conocidos en Salas Altas como espantabrujas. Se trata de toscas figuras que recuerdan a rostros o figuras humanas Con su ubicación en lo alto de la casa, junto al acceso a las falsas, querían protegerla del ataque de brujas y otros demonios.
Cuenta la tradición que en esta localidad vivió una poderosa bruja, Gracia la Nadala. Su nombre aparece en el proceso inquisitorial abierto a Dominica la Coja, bruja confesa de Pozán de Vero. En él se dice que ambas habían matado a varias criaturas tras entrar en las casas ayudadas por el diablo.
En el camino de Salas Altas a Buera, se localiza el Peñón de Güera donde dice la tradición se reunían las brujas del entorno para celebrar maléficos aquelarres en los que se convertían en gatos negros y cabras ayudadas de pócimas y ungüentos.
Ruta de las Leyendas

Son muchas las historias, creencias y leyendas que nos pueden contar sobre Guara Somontano.
Pero.. ¿qué es una leyenda? Es una narración de hechos naturales, sobrenaturales o mezclados, que se transmite de generación en generación en forma oral o escrita. Generalmente, el relato se sitúa de forma imprecisa entre el mito y el suceso verídico, lo que le confiere cierta singularidad.
En Guara Somontano encontrarás leyendas sobre brujas, aparecidos y endemoniados, de santos y apariciones milagrosas, que explican hechos históricos y construcciones, rituales, o que nos exponen la formacion de elementos naturales.
¡Adéntrate en este mundo mágico y misterioso!
Si quieres profundizar en este tema, no puedes dejar de visitar el Centro de Interpretación de Leyendas y Tradiones en Adahuesca.