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Con sus numerosos ríos y su población dispersa en pequeños núcleos, Guara Somontano ha estado tradicionalmente cruzado por multitud de caminos que debían salvar congostos como el de Olvena.

En la época medieval, la construcción de un puente era un lujo por lo costoso. Sólo se acometía cuando se tenían cubiertas otras necesidades más importantes (como los edificios religiosos o las defensas), en ríos muy caudalosos o en puntos de fuertes desniveles.

Solo los reyes, los ricos y poderosos podían asumir los gastos de su construcción. Por eso, lo más frecuente era que se financiase con limosnas que se pedían en las principales ciudades y villas del reino a cambio de indulgencias y de legados de testamentos, (aunque estas aportaciones eran marginales por su escasa cuantía).

La magnitud de estas obras y su perdurabilidad más allá de las generaciones de los hombres atribuyeron a los puentes un carácter mágico y sobrenatural. Por eso y también por su atrevimiento técnico, es frecuente que las leyendas, como aquí, pongan al mismo diablo como artífice.

Se cuenta que una bella muchacha de Olvena, harta de tener que vadear el río como todos sus vecinos para llegar al pueblo, ofreció su alma al diablo a cambio de que éste construyera un puente, con la única condición de que el demonio lo tenía que hacer a lo largo de una sola noche. Satanás aceptó el trato y quedaron en que si él edificaba el puente antes de que cantara el gallo, la muchacha le entregaría su alma.

Pese a que las artimañas del diablo hicieron que el puente se alzara en tan solo una noche, poco antes del amanecer la chica puso un candil delante del gallo, que creyendo que era de día, cantó. El diablo dejó la obra inconclusa (a falta de la última piedra), perdió su apuesta y tuvo que huir a los infiernos sin conseguir su propósito.

Esta leyenda nos la pueden contar en muchos otros lugares de Aragón casi con el mismo argumento pero cambiando el escenario, sin embargo es éste uno de los lugares donde es más fácil evocarla.

Los puentes medievales son estrechos porque entonces los caminos no eran más que sendas. Sólo se empezarían a hacer más anchos cuando se difundió el uso del carro. Suelen asentarse sobre la roca, que les proporciona buenos apoyos para los cimientos. Por eso su construcción es más compleja y requirió más esfuerzo que la de los puentes más modernos, que a menudo se alzan sobre el lecho del río. Por su mejor fábrica y acabado, su durabilidad es mayor y han resistido mejor las súbitas e intensas crecidas de nuestros ríos.

Como los de la Sierra o el del Diablo, los puentes medievales suelen tener un solo arco pero de considerable luz y altura, lo que les proporciona una hermosa y esbelta silueta.

El puente del diablo consta de un gran ojo central de medio punto, apeado en la roca viva, en la que se ha labrado asiento en ambas orillas. En los laterales, sendos ojos pequeños, sirven de aliviadero.

Al Puente de la Sierra se llega aguas arriba, tras dejar el coche en un pequeño ensanche al final de un largo túnel y caminar apenas 100 metros. Es el más impresionante por la gran altura a la que se alza.

 

  • Olvena. Puentes medievales 2
  • Olvena. Puentes medievales 3
  • Olvena. Puentes medievales 4
  • Olvena. Puentes medievales 5
  • Olvena. Puentes medievales

 

Este puente, que ancla sus cimientos a ambos lados del barranco del Fornocal, se construyó para poner en comunicación las localidades de Asque y Colungo. Su espectacular emplazamiento nos hace pensar en el riesgo y la dificultad que llevo aparejada su construcción, y por ello, algunas leyendas la atribuyen al mismo diablo. Sin embargo otras, explican que su denominación "Puente del Diablo" se debe al hecho de que éste se debió pasear por allí, dejando su huella sobre el mortero aún fresco, nada más finalizarse la construcción. Aquella huella no correspondía a un perro, ni a un jabalí, ni a un ciervo... Debió ser del mismo diablo... Pero ¿salió de Colungo para ir a Asque o de Asque para ir a Colungo?

Con toda probabilidad, se trata de una obra de origen medieval. El tablero es plano, de casi 3 m de anchura, y se apoya sobre un arco ojival levando con pequeñas dovelas de buena factura. El resto de la obra es de mampostería. El arco apuntado es un añadido, ya que en su interior quedan restos de otro arco, de medio punto, más antiguo.

La inusitada distancia del pretil con respecto al arco se explica por el hecho de que los paramentos fueran recrecidos en numerosas ocasiones.

En las paredes de conglomerados calcáreos del barranco pueden verse en primavera los espectaculares tallos floridos de hasta 60 cm. de la Corona de rey Saxifraga longifolia, que pueden llegar a contener más de 500 flores. La roseta basal de hojas de las que surge este tallo muere tras la floración.

 

  • Asque. Puente del diablo 2
  • Asque. Puente del diablo

 

Los "crespillos" son un postre o dulce tradicional de Guara Somontano que se elabora con borraja, una exquisita verdura también típica de la zona. Las hojas de la borraja, se rebozan en una masa de huevo, leche, harina y azúcar, con un toque de anís y de cocimiento de naranja. Y por último se fríen en aceite de oliva. 

La tradición dice que estos dulces hay que elaborarlos el día 25 de marzo, día de la Encarnación, es decir el día en que la Virgen quedó encinta para dar a luz 9 meses después, en diciembre, a la vez que se recogen las aceitunas de los olivares. Así, se realizaban los crespillos en las casas para propiciar la fecundidad de las oliveras. Si la Virgen y las oliveras obtienen su fruto a la vez, es probable que se preñaran también al mismo tiempo. Por eso la realización de ese postre debe tener lugar el 25 de marzo. 

En algunos pueblos el aceite de freír los crespillos se llevaba a los olivares para untar con él las yemas de los árboles. En otros, lo que se llevaba era el ajaceite de la rematadura, creyendo que así se doblarían de olivas.

 

El domingo más cercano al día de la Encarnación, en la Plaza del Mercado de Barbastro, se celebra todos los años la Fiesta del Crespillo, en la que se puede degustar este originalísimo y rico postre. En 2015 fue declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón por tratarse de una fiesta popular muy arraigada en la localidad que cuenta con una activa participación de la población y por tratarse de una celebración original donde se ponen de manifiesto los valores gastronómicos del territorio. El evento está organizado por el Ayuntamiento de Barbastro y la Asociación Cultural "Tradiciones del Somontano". 

En otras muchas localidades del Somontano se elaboran crespillos y se organizan degustaciones populares (Azlor, Estadilla, Salas Altas, Salas Bajas...).

Receta para elaborar "crespillos": 

Ingredientes:

  • Hojas de borraja
  • Leche (media taza tamaño moka)
  • Harina (4 cucharadas)
  • Huevos 2
  • Azúcar
  • Gaseosas de papel 2
  • Anís (un chorrito)
  • Aceite de oliva (un chorrito para la masa)

Preparación:

Se lavan las hojas de borraja más tiernas y se escurren. Se preparar la pasta para rebozarlas batiendo los huevos y añadiendo el azúcar, la leche, la gaseosas de papel y el anís. Se echa la harina lentamente hasta que la pasta espesa. Se rebozan las hojas de borraja y se fríen en abundante aceite caliente. Por último se espolvorean con azúcar y se sirven.

 

  • Crespillos 8
  • crespillos 2
  • crespillos 3
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  • crespillos 6
  • crespillos 7

 

Si te fijas en el perfil de la sierra de Guara descubrirás la figura de un gigante muerto. Pero ¿quién le mató?.

Las sierras de Gabardiella y Gratal eran dos jóvenes amantes. El padre de la muchacha, Gabardón, se oponía al amor de su hija por el humilde Gratal, un pobre picacho en el que no había ni pueblos. Ante la inevitable huida de los enamorados, pidió ayuda al gigante de Guara, que los separó para siempre de un manotazo, abriendo entre ellos un enorme tajo.
Condenados a no poder unirse jamás, de las lágrimas de Gabardiella surgió el río Flumen.
Una noche Gratal se vengó de Guara, asestándole un golpe mortal mientras dormía. Así, Guara quedó tumbado, como lo vemos en el camino entre Huesca y Barbastro, dormido por toda la eternidad.

 

  • Abiego. Gigante de Guara 2
  • Abiego. Gigante de Guara

 

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