En toda la Comarca se encuentran fuentes con soluciones similares, lo que las convierte en uno de esos elementos de nuestro patrimonio que aporta carácter y personalidad propia al Somontano.
Responden a un modelo que se gestó a lo largo del siglo XVI, en una época en la que la puesta en práctica de nuevas técnicas, la elevada cualificación de los maestros fonteros y la bonanza económica, posibilitaron el acercamiento del preciado líquido a las poblaciones. Este sencillo modelo, que se siguió utilizando hasta principios del siglo XIX, consta de un cuerpo cuadrado coronado por una sencilla moldura, en el que un arco cobija la pila a la que vierten los caños.
Esta fuente se conoce con el nombre de Labanera. Destaca por sus grandes dimensiones, la excelente calidad de la talla de los sillares y por la escalera de piedra, que aporta monumentalidad al conjunto.
Junto a la fuente se encuentran los lavaderos. A diferencia de la mayor parte de los lavaderos de Guara Somontano, que son rectangulares, éstos presentan la particularidad de estar excavados en la roca arenisca. El agua procedente de la fuente va corriendo por varias piletas pensadas para las diferentes fases del lavado, de tal modo que la primera es utilizada como “aclarador”. El diferente nivel al que se encuentran las piedras de lavar permite hacerlo de rodillas o de pie.
Se conocen como lavaderos moros, porque en el subconsciente de nuestros antepasados aquello cuyo origen se perdía en la memoria sólo podía pertenecer al 'tiempo de los moros'
Algunos lugares con agua, como estas fuentes y lavaderos están habitados por mujeres muy hermosas, llamadas aquí moras o lavanderas. Peinan sus largas y doradas cabelleras con aceite de enebro a la luz de la luna, dejándose empapar su torso desnudo y sus danzantes pies por el rocío del amanecer. Son muy huidizas, por lo que no es fácil verlas. Normalmente, sólo puede verse su blanca colada tendida sobre los arbustos o entre los árboles. Pero si alguna persona de corazón limpio tiene la suerte de apoderarse de una de sus prendas, será dichosa para siempre y gozará de una gran fortuna. También dicen que esas prendas tienen el poder de deshacer los hechizos de las brujas... Estos espíritus fantásticos relacionados con la naturaleza y con el agua enlazan con épocas muy antiguas y mitos griegos, como el de las náyades, ninfas de las fuente y manantiales.
El agua hoy en día nos es tan accesible que olvidamos su importancia y su pasado. Y es que, hasta hace no mucho tiempo las fuentes fueron uno de los elementos más dinámicos de la población y sus alrededores eran lugares de frescor, de reunión y palabreo.